Se corresponde con aquellos atributos o cualidades del producto de la empresa que no son demandados, solicitados o valorados por los consumidores del mercado objetivo y que, por lo tanto, no satisfacen sus necesidades. Cuando esto sucede, la empresa puede tratar de educar a los consumidores sobre la importancia de estos atributos del producto, lo que, de tener éxito, puede hacer de ellos beneficios buscados por los consumidores; o puede rediseñar el producto y eliminar de él estas cualidades no valoradas por el mercado, lo que probablemente le permitirá reducir costes.